¿Existe la sororidad entre las mujeres mexicanas?

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La utopía de un mundo donde todas sus mujeres seamos hermanas respetuosas, unidas, empáticas, cuidando unas de otras ha sido un sueño que he tenido desde pequeña, quizás porque algunas mujeres de mi alrededor cuentan con una "niña herida" en su interior, condición que ha hecho que lastimen de manera inconsciente a las personas de mi entorno, a pesar del amor y cuidado que también han externado.

En la actualidad todo lo vivido y experimentado a su lado, me ha llevado a realizar este pequeño pero significativo escrito, donde pretendo analizar el concepto de sororidad, su existencia o no dentro del contexto mexicano, y si lo aplicamos entre las mujeres de este país, sin importar el ámbito de desarrollo, la clase social, el nivel académico, la creencia religiosa o cualquier otro concepto que pueda diferir nuestra opinión o ejercicio de este.

Origen de la sororidad
Tiene su raíz del término latino (frater) “hermano”, que da origen a las palabras fraternidad y hermandad, al mismo tiempo (soror) “hermana”, creando una correlación cimentada en valores como: solidaridad, respeto, empatía, cuidado del prójimo, entre otros, gestados entre las mujeres que nos conduce al término de “sororidad”, en similitud con la palabra “fraternidad” que se desarrolla entre los hombres.

Buscando en la antigüedad del uso de esta palabra en el idioma español nos remontamos al año de 1921, cuando el escritor Miguel de Unamuno (1864-1936) la usa en un artículo titulado Sororidad, Ángeles y Abejas que se publicó en la revista Caras y Caretas, que narra una de las Tragedias de Sófocles, centrándose en su personaje Antígona, quien menciona en un párrafo lo siguiente:

"¿Fraternal? No: habría que inventar otra palabra que no hay en castellano. Fraternal y fraternidad vienen de frater, hermano, y Antígona era soror, hermana. Y convendría acaso hablar de sororidad y de sororal, de hermandad femenina."

Posteriormente en el intervalo de las décadas de los 60s a 80s, durante la segunda ola del feminismo esta conceptualización obtuvo un precepto asociado a lo político. Asimismo la escritora y activista estadounidense Kate Millet acuñó el concepto "sisterhood” para manifestar la solidaridad entre las mujeres, como protesta al término “brotherhood” (fraternidad entre hombres).

¿Qué es la sororidad?
En la lengua inglesa se utiliza el concepto “sorority”, con el mismo significado que la palabra sororidad en español, para mencionar a las hermandades estudiantiles universitarias integradas por mujeres, en antagonismo con las “fraternities” hermandades estudiantiles universitarias integradas por hombres.

Otra noción que se ha desarrollado en América Latina es la de la académica, antropóloga e investigadora mexicana Marcela Lagarde, quien define la sororidad como: "un pacto político entre mujeres”, que “se encuentran y reconocen en el feminismo, para vivir la vida con un sentido profundamente libertario”.

De acuerdo con Marcela Lagarde: "La sororidad es una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo. Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y al empoderamiento vital de cada mujer". (Lagarde, M., s.f., p.126)

En el 2018 la RAE acepto el concepto y menciona que es: “Relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento".

La sororidad supone una unión entre mujeres basada en sentimientos afines y en una experiencia compartida de la condición femenina y del lugar social asociado a esa condición. De allí surge un vínculo de confianza, complicidad y apoyo recíproco.

¿Conoce la sororidad en la mujer mexicana?
Desde mi opinión considero que NO. De acuerdo a la idiosincrasia de la mujer mexicana, cada una de nosotras ha nacido de una mujer, convivido a lo largo de su existencia junto a otras mujeres, pero hemos observado que a veces unas con otras son enemigas simplemente porque son resultado de la enseñanza del Patriarcado que nos lega el mensaje que: “somos valiosas si solo sí, cuando le pertenecemos a alguien”, por eso existe esa infinita necesidad de competir unas con otras solo con la finalidad de tener la atención de un hombre, culpando a otra mujer cuando esto no se logra.

Todas las mujeres antecesoras de nuestra estirpe no conocían este concepto, porque nunca hubo nadie que les hablara del mismo. También no se les permitía socializar, sino a través de las relaciones de los caballeros, porque siempre eran la “esposa de”, la “madre de”, la “hija de”, nunca pero nunca “fulana de tal a secas”.

En opinión de la psicóloga y educadora sexual de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM Nélida Padilla, es necesario difundir este concepto para terminar con las agresiones machistas entre mujeres, porque a los varones se les permite liarse a golpes, pero a las mujeres no, por ello es más fácil descalificar a una mujer con frases como: ¡eres vieja! ¡Te ves gorda! o ¡cómo te vistes así!, fomentando de esta forma la violencia de género.

Pero desde mi perspectiva esto está cambiando porque la mujer ha logrado espacios en su vida y en su autonomía, está dejando de lado el dominio del Patriarcado que le era impuesto, a través de la familia, la sociedad que la circunscribe, la iglesia, etc. Por medio del desarrollo de nuevas actividades como: asistir a la escuela, donde se educa, trabaja, socializa con otros grupos beneficiosos, donde hay más mujeres ejerciendo puestos de poder, siendo ejemplos positivos que le encauzan a romper los paradigmas dictados por el patriarcado.

Estamos aprendiendo a ser sororas, a reconocernos como pares, basados en la práctica de la ética, del respeto, de la tolerancia, la empatía, compasión por nuestros semejantes, entre toda una gama de valores, que las generaciones de mujeres actuales ejercemos, dejando de ser víctimas, siendo conscientes de nuestras acciones y sus consecuencias, convirtiéndonos en creadoras de nuestro proyecto de vida personal; al mismo tiempo que ayudamos a otras a encontrar sus propios caminos, para transformar sus contextos, siendo y sintiendo una hermandad, compasión infinita y empatía por nuestro prójimo.

Bibliografía:

Última modificación el Martes, 31 Enero 2023 04:09

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Flor Álvarez

Psicopedagoga por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.

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